Luz Gabás es una de las escritoras del panorama actual de la que no había leído absolutamente nada. Si conocía las buenas críticas que había recibido por sus trabajos anteriores y que su novela Palmeras en la nieve había sido llevada al cine (aunque tampoco la he visto). Por todo esto, su nuevo trabajo no lo podía dejar pasar. Alira es la heredera de una vieja mansión familiar y el motivo principal que la mantiene atada a un pueblo medio abandonado del que sus mejores amigos partieron hace mucho tiempo. Años después, el asentamiento de un grupo de personas en la vieja aldea abandonada reunirá de nuevo a su grupo de siempre. Todo parece ser un feliz encuentro hasta que una desaparición y el hallazgo posterior de un cadáver hará que se tambaleen y cuestionen las amistades y amores de tiempo atrás. Tras leer los primeros capítulos, me quedé un poco confundida y pensé, Luz Gabas se ha lanzado a escribir un thriller (mi genero favorito) pero no, viendo lo que había publicado anteriormente, no me deje engañar del todo. Y es que el descubrimiento de un cadáver es la premisa que la autora utiliza para adentrarnos en una novela sobre las relaciones. En esta nueva novela, se tratan temas muy variados. Alira nos plantea el dilema que ha marcado su vida. Mantenerse firme y fiel a su familia, cumpliendo su cometido y su miedo a adaptarse a los nuevos tiempos son algunas de las preguntas que se hace la protagonista a lo largo de la trama. La autora, como leí luego en su biografía, lo dejó todo para trasladarse a vivir al valle de Benasque. En esta nueva novela, rinde su pequeño homenaje a todos los pueblos olvidados de la España rural, y de alguna manera anima y ensalza la vuelta al pasado. Me ha gustado como ha sabido crear en el personaje de Alira un sentimiento de nostalgia hacia el pasado y las raíces. Las conversaciones de esta con sus amigos y con los habitantes del asentamiento son profundas y en algunos momentos me han hecho pensar si estamos llegando a perder nuestra esencia en un mundo material y que cada día mas se acostumbra a lo inmediato. Aunque si es cierto que la trama en torno al crimen queda muy difuminada y es explicada de una forma para mi gusto precipitada, vuelvo a recalcar que esta novela no es para nada un thriller así que no la leáis esperando encontrar al asesino. Disfrutad de la manera en la que está escrita, elegante, nada pesada, a pesar de tener en algunos momentos bastante descriptiva. Con ella ha sabido crear de la mansión un personaje más de la historia, con sus muebles y paredes decrepitas. Si es cierto, que en algunos capítulos se me ha hecho un poco repetitiva, pero en general me ha gustado el ritmo que lleva. En definitiva, si eres de esos lectores que disfrutas de novelas sobre relaciones, sentimientos y nostalgia, te gustará. Si buscas un thriller esta novela no lo es. NOTA: 4/5